Confesiones IV:La sociedad del fin de mes

Fuera treinta o treintayuno ahi estábamos los seis reunidos en lo que pretendía ser una fiesta o celebración planificada con unas horas de anticipación.No valía la pena decirnos sociedad del fin de mes porque casi todos los viernes o tal vez sábados nos reuniamos en el mismo cafetín diurno-bar nocturno según cómo nuestras rutinas se acomodasen.Pero el fín de mes era especial,no importa que día cayera y que odisea siguiera al día siguiente o en el mismo,todos disfrutábamos de la hospitalidad de la casa de alguno de nosotros y pese a que hablábamos de las mismas cosas que los viernes o sábados,difería en que era más íntimo (aunque ¿qué es realmente íntimo en estos días en los cuales los secretos no son ninguna cosa del otro mundo si total éste ya se enteraba?),más cómodo y la confianza estaba servida en la mesa que alojaba vasos con diversos contenidos en su lomo.
Las casas diferían,tal vez algunas eran más lujosas que otras o más grandes,pero todas gustaban mucho y compartiamos la invisible sensación de ser abrazados por aquellas paredes y sus respectivos dueños aunque estuviesen a tres metros de distancia de uno,no lo deciamos ni teniamos certeza de aquel sentimiento,pero estaba.
Si se nos observaba bien,no teniamos nada en común realmente en lo que se refiere a lo común,estaba casi toda la gama de gustos interconectados entre sí,pasatiempos,rutinas pero nuestros sentimientos eran iguales al igual que nuestros sueños.Eramos seis,no eramos ninguna multitud ni tampoco influyentes,pero no nos conformábamos con seguir multitudes ni personajes influyentes porque ellos,después de todo,no eran quienes sabían de nuestro martírio rutinario,nuestras carencias a la orden del día ni pagaban nuestras cuentas (ni nuestros tragos).Lo que queríamos en cuanto a eso era una total utopía o sueño maravilloso,lo queríamos,sí,pero no valía la pena pelear por lo que la condición humana del egoismo jamás permitiría y estaba bien pués aún cumpliendose nuestro pseudo-sueño no estariamos satisfechos porque habría que cambiar muchas otras condiciones para que todo funcione acorde y además,después de todo,eramos seis simples seres humanos que aún no se habían infectado o tal vez sí pero no querían abrir sus ojos.
Seis extraños que se conocieron de casualidad como todas las cosas buenas de la vida,las cosas planificadas o avisadas terminan siendo prefabricadas y no duraban mucho por no decir nada.
¿Qué nos unió? Es gracioso y casi infantil el por qué si se lo mira con ojos limpios,es inmoral y un atentado a la buena tierra de dios,si se lo mira con ojos ciegos.Nos unió el odio,nada más y nada menos que eso.Pero no venían todos por la misma vía,aún así compartían los mismos parámetros;Sueños rotos,corazones rematados en barrios baratos al mejor postor o intercambiados por chucherías humanas,frustraciones,impotencias,carencias,desarraigos,desprecios,pérdidas,heridas que sangraban de manera insesante y el haber caminado por el pasillo que llevaba a la puerta que daba hacia afuera.Que indeseable y maravilloso era el hombre a veces.Unidos por el simple hecho de ser marginados o afrontar una misma adversidad.Un misterio simple pero muy complicado de resolver y no había Edipos que derrotaran a la esfinge cantora,¿pero quién quería eso si hasta la misma terrible condición tenía sus pequeños ángeles dormidos que nos aplicaban partículas de felicidad espontanea e inolvidable? Pero no nos alcanzaba,nunca es suficiente y mucho es poco,decía uno de nosotros y otro que querer era poder.Entonces eramos seis poderosos que sin importar qué tanto esfuerzo hicieran,siempre era poco.Eso era bueno puesto que llegar al tope con el paso del tiempo sería insufrible de soportar,esa total monotonía,siempre se puede querer más,lo emocionante de la lucha es el proceso y no tanto el final,y además soñar era infinito y el escape total y ahí sí nadie nos podría encontrar,atrapar o arrebatar lo único que realmente nos importaba.
-Blamberose Ov Shadydowns