Sonríe la mañana fresca luego de tantos días lluviosos.Hoy podría ser tanto un sábado como un lunes o un martes.Hoy es un día,no cualquier día porque yo no sé qué día es con exactitud.No tiene gusto ni aroma a ninguno de los demás días,pareciera ser un infiltrado,un extranjero,que tiene la misma forma pero no deja de ser distinto.
La bóveda frondosa y sus secretos de rosas,jazmines y ríos que se entrelazan,desenlazan,unen y parten como en una danza que hace eco desde lo profundo y resuena en un alma perdida que por allí ha decidido pasar.
Sonríe la tarde y risueños son sus secretos que suspiran en el oido del que pasa,como una brisa tenue y pasajera.Verdades pequeñas,que conllevan a un mundo casi extinto,se despojan de sus velos y se esparcen por todo el lugar.
Allá está la multitud,la vemos desde nuestro tejado mientras disfrutamos una taza de té,disfrutamos este día tan distinto segundo a segundo como si fuera el último.Lo disfrutamos porque sabemos que es el último,el último del antes,el primero del después y tal vez el que propulse a tantos otros aún de manera abstracta si llegaran a extinguirse.
Representar un pasado épico en algunos metros de madera siguiendo la melodía,sintiéndola como el ocaso que ahora se posa en nuestras espaldas,tiñiendo nuestros cabellos y nuestra piel,brindándole un poco de calor al alma agotada.El eco desde lo profundo resuena más y más fuerte.Florecer eléctrico que estremece la piel y el sol se refractó hacia otro huso dejando un sendero violacio con su partida.
Acuna la noche a quienes caminan bajo su espeso manto.Se enfría el suelo,nos enfriamos nosotros,cada cual descansando en las infinidades de su mente,mientras este día se aleja en una gran caravana;El eco sigue resonando.
La bóveda frondosa y sus secretos de rosas,jazmines y ríos que se entrelazan,desenlazan,unen y parten como en una danza que hace eco desde lo profundo y resuena en un alma perdida que por allí ha decidido pasar.
Sonríe la tarde y risueños son sus secretos que suspiran en el oido del que pasa,como una brisa tenue y pasajera.Verdades pequeñas,que conllevan a un mundo casi extinto,se despojan de sus velos y se esparcen por todo el lugar.
Allá está la multitud,la vemos desde nuestro tejado mientras disfrutamos una taza de té,disfrutamos este día tan distinto segundo a segundo como si fuera el último.Lo disfrutamos porque sabemos que es el último,el último del antes,el primero del después y tal vez el que propulse a tantos otros aún de manera abstracta si llegaran a extinguirse.
Representar un pasado épico en algunos metros de madera siguiendo la melodía,sintiéndola como el ocaso que ahora se posa en nuestras espaldas,tiñiendo nuestros cabellos y nuestra piel,brindándole un poco de calor al alma agotada.El eco desde lo profundo resuena más y más fuerte.Florecer eléctrico que estremece la piel y el sol se refractó hacia otro huso dejando un sendero violacio con su partida.
Acuna la noche a quienes caminan bajo su espeso manto.Se enfría el suelo,nos enfriamos nosotros,cada cual descansando en las infinidades de su mente,mientras este día se aleja en una gran caravana;El eco sigue resonando.
4 comentarios:
El eco de un dia extraño. ¿Seran los dias como el de hoy los que recordaremos con añoranza cuando seamos viejos? Quizas. O quizas nunca lleguemos a viejos. Q quizas...
Saludos!
K
el odio
te hace muy mal..
me gusto sis. cuantos fragmentos que hay de todo, cada dialogo, cada recuerdo, todos extraidos, todos unidos por hilos de cotidianeidedad.
besotes personita
Demasiado poético...
puaj.
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