jueves, febrero 14, 2008

La semana en el Valhalla: Apfeldieb

Las multiitudes y los revuelos de gente. Siempre odié las multitudes y los revuelos de gente aunque me había acostumbrado a ellos al punto tal de serme indiferentes cuando formaba parte de aquella gran masa sin pies ni cabeza, coreografía interminable,recorrido sin final.
Afortunadamente lo encontré entre la multitud lo que terminó con mi crisis de estar perdida en una ciudad nueva y extraña.
Me saludó y lo saludé, dijimos trivialidades, sonreimos como idiotas (o solo yo) y salimos de ese lugar.
Afuera llovía pero el vehículo nos escondió de la lluvia por un tiempo. No decía nada, yo tampoco, la ciudad nos miraba con curiosidad y las luces de escurrían por las ventanas y el parabrisas.
- ¿Era la primera vez que volabas?
- ¿Qué?
-Si ya habías subido antes a un avión.
- Ah, sí. Muchas veces...pero nunca hice un viaje tan largo y mientras ahora donde estaba es de día, aca es de noche...sí...podría decir que es la primera vez que vuelo a un huso tan avanzado.
Nos reimos de mi estúpido chiste, aunque lo catalogó de "adecuado" ¿ Qué era algo adecuado para ese mundo suyo? Podría ser halagador tanto como un desprecio, no lo sabía.
Llegamos y ya no llovía pero el pasar de los autos daban la sensación de lluvia. Me quiso ayudar pero no lo dejé, ya bastante lo estaba haciendo y tampoco era tan débil como para no poder cargar ese mundo de cosas empaquetado. Simplemente no.
Entramos en un lugar muy limpio y ordenado, lleno de objetos curiosos del tipo que a mi me gustaría tener algún día...pero hoy no era ese día.
-¿ Querrías comer algo?
Eran las once de la noche, afuera llovía, pasarían otras diez horas hasta mi próxima comida y la última había sido hacia la misma cantidad de horas.
-No, gracias.
-Para mi no es ninguna molestia ¿ no querés comer nada?
-Así estoy bien.
Acomodarme, comunicarme con la base, hacerme a la idea de vivir ahi por una semana dio como resultado que se hicieran las doce y media...y era mejor irme a dormir.
Afuera llovería o pasarían muchos autos, no lo sabía. La cama era cómoda,no había un solo ruido en el departamento y el aroma a incienso estaba en todas partes.
¡Tengo hambre! ¡Tengo hambre! ¡Dame de comer! ¡Dame de comer ahora!
Los crujidos en mi interior, el silencio del lugar, la noche quieta y dormida interrumpida en tanto en tanto por algún auto o algún ocasional relámpago ¿Por qué no podía simplemente desmayarme de hambre? Y no era que podía interrumpir el sueño de otro para decirle que le había mentido, que realmente quería comer algo, no.
Entonces decidí aventurarme por la casa y guiarme por lo que me acordaba de ella cuando había luz y la poca de la misma que se colaba por las ventanas. Varias veces me choqué con muebles y puntas de mesas teniendo un ataque de pánico instantaneo de ser descubierta y sometida a un interrogatorio.
Llegué a donde quería y ahora me encontraba frente a lo que solucionaría mi ridículo e infantil problema causado por tan infantiles causas.
Abrí lo que para mi era el portal de la gula y en verdad lo era, había muchas cosas que me resultaban un deleite mental y abstracto...pero que me podrían costar un interrogatorio la mañana siguiente o que me catalogaran de ladrona. Y sí, yo estaba robando y me daba pena hacerlo y por eso tenía que elegir bien lo que iba a engullirme como botín...y ahí estaba frente a mi en un plato redondo y trasparente del mas normal vidrio que era común en todas partes.
Ahi estaba, sentada frente a una roja manzana que descansaba solitaria en un plato. Se veía apetitosa y como un manjar entre manjares (aunque a decir verdad, cualquier cosa en ese momento lo era). La tome, la examine de lado a lado con gran admiración como si fuera de oro, la oli, la sentí al tacto.
"Señora manzana, usted y yo nos vamos a embarcar en una aventura de la cual usted jamás volverá pero aseguro darle el mejor de los tratos posibles y que su existencia no haya sido en vano"
Era gracioso hablarle a un objeto inanimado como esa belleza roja y redonda ¿ y eso qué importaba si no había nadie para escucharme, leerme la mente o siquiera enterarse de mi robo?
Entonces después de robar la dichosa manzana,me la devoré desfachatadamente sin importarme las consecuencias de aquel robo,si alguien me estuviera viendo (¿quién?) o cualquier otro hecho.La manzana parecía de oro,se deshacía en mi boca y parecía la última manzana del mundo y yo tenía el gusto de masticarla,hacerla y deshacerla con mis dientes,mi lengua y dejarla caer en las profundidades de mi ser.
Era increiblemente dulce pero no llegaba a empalagarme, era fresca y sutil; Parecía estar viva y viva esparciendose dentro de mi. Un completo delirio.
De pronto sentí una mano y mi delirio por una menzana se convirtió en el horror hecho una extremidad de cinco partes abrazando mi hombro izquierdo e impidiendome alguna escapatoria, condenandome con el simple intercambio de tacto. Ante semejante situación, solo pude dar un grito ahogado.
Se sentó al lado mio y solo podía ver la mitad de su cara, sus ojos no eran mas que dos destellos o reflejos en aquella falsa oscuridad interrumpida por una débil luz proveniente de la gran caja. Me sonrío.
-Apfeldieb
-Puedo explicarlo...
Pero no me dejó explicar nada. Tomó lo que quedaba de manzana y le dio un mordisco entregándomela de nuevo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Robando manzanas en la casa del Switzzera? Sigerithsky,eso no se hace ;)
Besos
SLAWA!

lola dijo...

no lei nada sis. solo queria decir que mis palabras magicas y claves son:
hecho imponible
alicuota
poder tributario.
y tal vez seria bueno encontrar en algun lado alguna explicacion de amortización de un tributo, y de traslación oblicua. claro que este Villegas no lo dice, y en clase justo cuando lo explicaban yo hacia dibujitos marginales, asi que ojala que no lo pregunten.

me despido personita.

ella hace un report sobre dioses.
a ella la espera un avion. chan!

adioss
tributos, oh los tributos!